Hoy es otro día de esos. De esos días en que la mente piensa más de mil pensamientos por minutos. En los que el alma, deseosa por expresarse y compartir lo que siente se desborda hacia lo desconocido e intangible. Otro día de esos en los que la musa pasa corriendo frente a mí y otro día en que la vuelvo a ignorar de una manera definitiva pues; simplemente las musas, al final del cuento no existen.
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