No me sorprende que te de con escribir ahra en los pocos momentos que te quedan de vida. Aunque comenzar temprano a expresarse mediante un género literario es algo que pocos se atreven a emprender. El escribir no es más que un simple protagonismo tonto expresado en letra, poco más que la hablidad se logra mediante la práctica, se gane o se pierda.
Estas letras no son más que notas musicales que aluden a un oído que no existe y que mueve la civilización, educación y maleducación. ¿Cómo es posible que lo intangible se pueda expresar en tinta, letra y papel?
Frente a mi hay un perro blanco de raza desconocida a quien muchos nombran "Pulgarcito". Los bisnietos de Doña Canda seguimos por ahí, como defendiendo un linaje que definitivamente perdurará a través de los años, siglos y tal vez milenios.
Le pido al Señor por su alma y la de mi abuelo, su hijo, quien murió en circunstancias extrañas. Si esta fuera la cruz que tuviera que cargar, la llevaría con orgullo y seguro de mi mismo, pues mi confianza está en el Padre Todopoderoso. Que perduren todas estas letras, notas musicales del alma y que se arrepienten de su maldad.
Así cruza la línea el escritor más allá del bien y el mal. Etiquetas: microficción, microrrelatos