-Esta es una de las últimas veces que vengo.
Así responde el jefe o "hijo del jefe" tras llevar la contraria a quien se debe desconfiar por su maldad. Honestamente y desde el fondo del corazón me dice el maestro que su materia es la malicia; como si ser malo es algo bueno.
Pienso en mi mismo y lo veo como una oportunidad para escapar de la realidad y dejar de ser yo. Sólo porque así debe de ser.
Mejor conversemos sobre la máquina de cortar grama que se dañó antes de que yo la tuviera en mis manos, la misma que permite que pueda escribir estas pobres letras en un papel pequeño y mugroso. Mi meta es escribir cien de estos mugrosos papeles en un mes, aun sea de las incoherencias más incoherentes.
Podría decir que la motivación me dice que puedo hacerlo en un mes o menos, aun así pasa el mes y solo hay un puñado pequeño de menos de cinco papeles. Que mentiroso suelo ser conmigo mismo.Etiquetas: microficción, microrrelatos