Sobre una nube de humo volamos como gaviotas. En el horizonte, al este, el sol llama a sus súbditos y aún éstos dos cuerpos bañados en sudor. Perdona y olvida éstos buenos momentos pasajeros. Así pasan las horas y descienden los impulsos en un sueño eterno.Etiquetas: amanecer, cuentos cortos, ficción, microficción, microrrelatos