El metro llega a la hora acordada. Yo, maleta en mano, ansioso por llegar a mi destino me sitúo frente a la puerta, la cual abre y da salida a la multitud. Logro entrar y me siento justo al lado de la ventana, donde contemplo los minutos y los segundos pasar.Etiquetas: cuento breve, ejemplos de microficcion, microficcion, minicuentos, un cuento corto